Onanismo

No puedo cerrar
los ojos. Necesito
dormir y sin embargo
hace más de de diez días
que no duermo.
Tomo decenas
de cafés y procuro
estar despierto.
Porque cierro
los ojos y te veo: no,
no te evoco, no son
ensoñaciones. Cierro
los ojos y te veo desnuda:
veo tus pechos
apuntarme a la cara,
veo tu sexo
que me llama por mi nombre,
me reclama, veo
tus larguísimas piernas
que me atrapan
por la cintura y claman
para que me introduzca
más adentro de ti,
hasta perderme.
Veo tu cuello
que se contorsiona y busca
mi boca sedienta...
Y es una tortura. Cierro
los ojos y no
puedo tocarte.

Pero me toco yo,
de forma compulsiva 

como un adolescente...

©Santiago Pérez Merlo

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