Nunca le corté el rabo a una lagartija
como hacían otros niños de mi edad.
Nunca corté las alas
ni siquiera de una mosca
o de una mariposa.
Me cuesta incluso pisar a una araña
o a una cucaracha, aunque las odie.
Una vez, encontré un pez
boqueando en la orilla
y lo llevé mar adentro.
En otra ocasión,
al caerme de una bicicleta,
encontré a un pajarillo herido
y traté de salvarlo
con mis manos manchadas de sangre.
Y salvé a otro gorrión de la boca de un gato
que, pobre de él, sólo seguía su instinto.
No. No soy mejor que nadie.
No soy el San Francisco que una vez me llamaron
por mi cara cetrina.
Pero, tal vez... sólo tal vez,
la vida que me importa no es la mía.
Precioso y entrañable poema. Puede ser el guión de un bonito cuento o de un relato, para niños o para adultos. Está lleno de ternura y amor por la vida. Felicidades poeta!!! 👏 👏 👏
ResponderEliminarGracias, Gimm... 🌼🌼🌼
EliminarQué bello poema!!!
ResponderEliminarLo mejor, que deja traslucir el gran corazón que tiene el poeta y la persona honesta y generosa que és.... ������❣️��������
No se deja lo que deja traslucir... sé que todo lo que “cuento” ocurrió de verdad... Lo demás, insisto, no soy quién para juzgarlo ni creo que sea mejor que nadie. Y gracias. 🌹🌹
Eliminar*Quería decir “no sé lo que deja o deja de...”
ResponderEliminarQue nos importe una vida que no es la nuestra,demuestra una gran amistad...o un gran amor y una gran humanidad..El poeta es un gran ser humano.🌹🌹
ResponderEliminarSe lo diremos al poeta... aunque ya sabes que es un descreído 😉
Eliminar😘🌼🌼
Doña Amelia lleva mucha razón. Conoce bien al poeta, pero más al enorme ser humano que es y el gran corazón que tiene 🌼🌼🌼💜💝💗
ResponderEliminarComo sigan por ahí, quito el poema, aviso 😂😂😂😂...
ResponderEliminarQue como dijo aquel, “ el que acepta un halago empieza a ser dominado:
el hombre le hace caricias al caballo... pa montarlo.”
En serio, muchas gracias 😉😘😍