La crueldad, la violencia.
La política, la macroeconomía.
Las lágrimas de un niño
en brazos de sus padres.
La violación, el racismo.
El odio, el desamor.
Las fotos “selfie”
de las redes sociales.
Los poemas fingidos
que no contienen nada de verdad.
Los “posts” y los “tweets”
a todas horas.
Las novelas de amor
que no tienen sentimientos.
Los cuadros abstractos.
Los tú sí pero yo no.
Los gritos, el silencio.
En realidad,
creo que no entiendo nada.
Ni falta que me hace.