Palabras

             “Las palabras entonces no sirven: son palabras” 
               (Rafael Alberti)

¿Qué son al fin y al cabo
más que eso?
Sonido articulado, escrito para la especie
¿evolucionada?
Los delfines, los primates, las ballenas
se hablan entre sí.
Las medusas danzan 
unas junto a las otras.
Las hormigas se hablan.
Las abejas zumban 
sabiendo su misión.

Y al final el delfín, el mono, la ballena,
la antena de la hormiga,
el ala de la abeja...
necesitan rozarse.
Lo demás,
                son palabras. 


Vida

Tengo una vida 
que no cabe en una casa.
Una vida que no cabe
en sólo una ciudad.
Tengo una vida que se extiende 
más allá de los teclados,
de los ciberespacios, una vida
que no se ha escrito nunca
en ningún libro... 
apenas se ha intentado.
Tengo una vida 
que se agota miserablemente 
sin dar tiempo a ser vivida.
Es sólo una 
y es ínfima e inmensa.
Sólo tengo una vida 
porque no aspiro a vivir 
más allá de la muerte...

Y te tengo a ti, mi vida.

Honestamente

Quiero ser un poeta coronado de laureles.
Aspiro en vida a los más considerados galardones
y, tras mi muerte, aspiro
a ser recordado, obligado a ser leído 
a miles de estudiantes 
que se aburran de mis versos 
por conspicuos y aburridos profesores.
Quiero la gloria eterna, no me importa decirlo.
No quiero las inmensas minorías.
No quiero las selectas mayorías de eruditos.
No: Yo quiero ser leído, admirado, 
analizado hasta la saciedad,
que mis versos resuenen en cientos de homenajes,
que los niños los aprendan de memoria,
que los hombres me adoren,
las mujeres me amen y los viejos
cuenten falsas historias del poeta que fui.
...

Y ahora en serio, ¿te digo la verdad? 
No quiero nada de eso: ni siquiera
sé si quiero escribir más versos.
Yo quiero ser (y estoy casi plagiando),
como mucho tu poema.

Del diccionario

Patético, adjetivo: 
Que conmueve profundamente 
o causa un gran dolor.
O tristeza.

Ítem más, adjetivo: 
penoso, lamentable...
o ridículo.

Basta volver a él, al diccionario.
En él hay más poesía
que en millones de versos.

Ser

Ser la roca a la que acudes
cuando quieres estar sola.
Ser la luz que quieres ver
cuando todo está oscuro.
Ser la sombra 
cuando la luz te ciega.
Ser el silencio 
cundo te aturde el ruido.
Ser la música 
que quieres escuchar
cuando ya no soportas el silencio.
Ser el poema que quieres leer,
sin ser poeta.
Ser la tormenta o la calma.
Ser el ave que vuela y la raíz del roble.

Pero, ¿qué ser realmente es 
el que tú buscas?

Serlo todo.
Y no ser nada. 

Imposible

Imposible surcar cielos o mares
si se carece de alas o de aletas.
Imposible orientarse en la oscuridad 
con los ojos abiertos.
Imposible tocar 
con guantes espinados.
Imposible hacer oír 
el silencio o la voz
                              calma 
cuando dentro del otro sólo hay ruido.
Imposible caminar sin piernas.
Imposible resucitar a un muerto.
Imposible crear vida cuando no se vive.
Imposible alcanzar ninguna cumbre
si no se da 
el primer paso en el sendero aún llano.
Imposible escuchar otro latido
si no se oye al propio corazón.
Imposible llegar.
Imposible quedarse.


Contrastes

De tan bueno, se acaba siendo tonto.
De tan generoso, egoísta.
De tan libre, prisionero.
Por exceso de soñar,
se acaba sólo pisando la tierra.
Por exceso de realismo, 
se vive soñando.
Por volar alto, se hace uno oruga.
Por ser mariposa, ha muerto el gusano.
Abriendo los ojos se termina ciego.
Estando a oscuras descubres la luz.

Renuncio

Renuncio a comprender a artistas y poetas.
Renuncio
a la contemplación de las obras de arte 
y me quedo
mirando a las estrellas y a los gatos
que luchan con las ratas
por un trozo de pan.
Renuncio 
a todas las patrias, a todas las banderas,
a los himnos y a los salmos.
Renuncio 
a los disfraces y a los bailes de máscaras.
Renuncio 
a las canciones y a las sinfonías.
Renuncio a distinguir el bien del mal,
a hombres de mujeres.
Renuncio 
a la ley de los humanos
y a la ley de la selva. 
Renuncio 
a la muerte 
más allá de la vida
y a la vida más allá de la muerte.
Renuncio a comprender 
el universo y renuncio al vaivén 
de las mareas.
Renuncio 
a la filosofía y a la religión.
Renuncio a la materia y sus materias:
renuncio a la poesía.

Renuncio 
                 a todo, 
excepto a estar contigo. 
No se puede renunciar 
al aire que se respira.

Interrogantes

¿Y si yo ya lo vi antes?
¿Y si lo que veía no era cierto
pero era real?
¿Qué es entonces la certeza?
¿Qué es la realidad?
¿Y por qué ya sólo sé escribir interrogantes?

Renuncio a las afirmaciones, 
aún cuando me reafirman...
Me reafirmo en las preguntas
carentes de respuesta...
aún cuando me interrogan.