Mar adulto

Siempre sucede igual, en cada playa 

juega el niño que fui 

con la niña que fue (y sigue siendo,

al menos en cierto modo).

Y hay una niña más que ya apenas conozco 

jugando con otros niños. 


Nunca logro saber si es la playa

el espacio de la infancia o es el tiempo 

perdido y son las olas  

las que han ido llevándose los años, 

los poemas y los sueños…

las manos infantiles que tenías,

las manos infantiles que aferrabas.

Luz de agosto

Alguien vuela sin alas, alguien

nada sin ser pez ni tritón.

Una estrella fugaz se detiene.

Un poeta muere a orillas 

de la poesía atrapado en una red.

Luz de agosto que agoniza 

en una playa, 

que naufraga en el próximo otoño: 

entre -otra vez- la nada y el dolor.

Perseidas

Otra vez se equivocó 
el Universo: la estrella fugaz 
que perseguiste no era la estrella
que llevaba tu deseo…
Era el mío y se perdió 
                                       en la noche.

Contradicciones

Nadie se baña dos veces 

en el mismo mar o en el mismo río 

y sin embargo 

el agua es a la vez siempre la misma. 

Una franja de arena la playa,

las olas y la espuma y al fondo

el mismo horizonte, el mismo infinito. 

Un océano o un mar empapando 

pasados y presentes idénticos y nuevos,

como vidas idénticas y nuevas: olas

siempre diferentes y siempre las mismas.

La misma cometa detenida en el cielo, 

la misma niña es otra, el castillo

de arena es otro 

y es el mismo a merced de la marea.

Todo es inmutable y nada permanece.

Todos los poemas -la vida- 

son contradicciones.

Encargo

Me pides un poema: “de madurez -dices-
ahora que rebasas por uno los cincuenta”.
Y nunca supe 
escribir por encargo;  mucho menos 
hablarme sólo a mí (aunque siempre lo haga) 
o dedicarme un panegírico o una elegía. 
Pero me lo has pedido y no soy capaz 
de negarte el capricho porque sé que pasaste 
por encima de miedos,
de pasados perdidos y de futuro 
incierto de nuevo para ir a prendarte
-diría enamorarte, pero pesa mucho el verbo-
de un poeta. 

(Qué tremendo error has cometido).

Fantasmas

Tienen razón los niños. No te alejes, no 

apagues la luz, no me sueltes la mano, 

léeme otro cuento u otro poema.


Es cuando te quedas

a solas

a oscuras 

sin abrazo

en silencio

cuando los fantasmas salen

de debajo de la cama,

del armario,

del tiempo que pasó 

para no dejarte soñar.

Multiverso

Por supuesto que tenemos un pasado,

pero no lo remuevas porque entonces 

el pasado se convierte en presente,

pierde su razón de ser y al mismo tiempo

es capaz de jugar con el futuro, provocar 

un colapso en la línea de la historia 

y evitar por ejemplo que te invite a café 

o te lleve a pasear o a algún museo o

que te quedes a dormir en esta misma cama 

en lugar de en cualquier otra dimensión.

Yo necesito que las cosas ocurran

aquí y ahora a ser posible en esta galaxia…

Estoy ya muy mayor para entender multiversos 

que no pueda escribir en un poema.

Canción dedicada

Exactamente a la misma hora

una botella que lleva una carta de amor 

deja la playa, 

un avión con un adiós en sus bodegas 

surca el cielo 

y una canción dedicada como antes en la radio 

saluda la mañana.

Es necesario insistir en que es

exactamente a la vez y sin embargo: 

la botella es futuro de amor 

que no es ahora,

el adiós -como una lluvia borgiana-

sucede en el pasado

y sólo la canción se escucha 

en este efímero presente de domingo.


Lo que no es música, 

lo que no te haga bailar

es ruido.

Nuevo día

No le pido al mañana que se esconde

detrás del conocido insomnio 

que sea igual que ayer ni diferente; 

habrá de ser él mismo: un día 

como tantos pero nuevo.

Tendrá sus luces tenues y su sol

brillante si es verano y sus nubes 

si invierno; y sus atardeceres.

Tendrán sus horas olores 

de trabajo y de hastío 

y tacto dulce de piel al despertar.

Tendrá quizá su almuerzo 

de playa o de pradera, su tarde

lenta de café o de siesta compartida.

Y morirá también, seguramente, y 

llegará la noche… 

Pero eso será otro día. 

Fin de semana (otra boutade)

Menos mal que puse nombre 

-Fermín, concretamente-

al robot-aspiradora: me hago la ilusión 

de que estoy menos loco

hablando con él 

que esa gente que habla con sus plantas.

Es la mejor compañía 

en estas mañanas de sábado gris 

en que hasta las bolsas de la compra 

parece que te han abandonado.

Tal vez mañana esté más entretenido, 

tengo una ceremonia bautismal 

porque no querría pasarme la tarde 

con una desconocida… 

Pero no he decidido aún 

qué nombre voy a ponerle 

a mi amiga la plancha. 

Imperfectos

¿Quién dijo que era mejor 

que el sueño fuera sueño 

y la vida no soñar? 

¿Por qué encerrar el verso

suelto en una estrofa? 

¿Por qué arreglar aquello

que no estaba estropeado?

¿Por qué estropear lo que,

aún sin tener arreglo, 

era perfecto así:

lleno de imperfecciones? 

Astenia

Se me acumula en esta

primavera otoñal 

el cansancio en los huesos 

y en el calendario.

Me cansan las ausencias

y las celebraciones; me canso

de trabajar y de no hacer nada.

Me duelen las piernas 

de arrastrarme y los brazos

de sostener vacíos. 

Me ahoga la sed: 

me quema la faringe.

Me agoto de esperar 

en la desesperanza. 

Me canso de mí mismo.

Y de mi cansancio. 

Cambio climático

Marceó mayo un año más 

y el sol de primavera 

se tiñó de nubes.

Las tormentas anegaron 

lo que estuvo seco

y lo que parecía florecer: no quedó 

nada.

No quedó ni una gota de agua

sin caer. 

No quedó ni una lágrima 

sin derramar.

Despedida

Cuántas cosas quedan siempre 

sin decir cuando uno 

decide despedirse.

Recuerdas que debías haber dicho…,

que no entendiste bien…, 

que quedó sin explicar…

Piensas que mejor sería escribir…


Pero ¿sabes? No has 

de decir nada, ni siquiera adiós:

el tiempo es la respuesta 

incluso a las preguntas 

que no llegaste a hacer;  el tiempo 

-y no tú, si acaso lo creíste-

es quien conoce todos los porqués

Partir

Se aleja el barco del puerto,

enfila la bocana sin oír

el llanto de quien queda atrás 

sin saber si volverá 

a casa el pescador

o tendrá que aprender a pescar.


Ve el polluelo alejarse  

a su madre del nido sin saber 

si volverá con algo de comida 

o si será abatida por un cazador 

y tendrá que alimentarse por sí mismo.


Cada partida encierra la posibilidad 

de un viaje de vuelta 

o de un adiós. 


Cada marcha una lágrima,

un hambre insatisfecha,

un disparo tal vez.

O un nuevo comienzo.