No le pido al mañana que se esconde
detrás del conocido insomnio
que sea igual que ayer ni diferente;
habrá de ser él mismo: un día
como tantos pero nuevo.
Tendrá sus luces tenues y su sol
brillante si es verano y sus nubes
si invierno; y sus atardeceres.
Tendrán sus horas olores
de trabajo y de hastío
y tacto dulce de piel al despertar.
Tendrá quizá su almuerzo
de playa o de pradera, su tarde
lenta de café o de siesta compartida.
Y morirá también, seguramente, y
llegará la noche…
Pero eso será otro día.
Cada día traé su afán.A veces llueve...pero hay que encender el sol interior...Y vos lo hace en sus poemas...
ResponderEliminarVos sí que sos un sol, bella dama “anónima” 😉🤗
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