Me canso de todo:
me aburrí del pop
y del rockabilly.
Llegué a aburrirme del tango
y del flamenco,
aunque siempre vuelva a ellos.
Me aburrí de varios trabajos
y de muchas personas.
Me aburrí de la novela,
del ensayo
y de la poesía.
Pero -no me preguntes por qué-,
nunca me aburro de ti;
es más: tu voz la necesito.