Heraldo

Siempre acaba por haber 

una razón, pero la luz, 

cuando se enciende,

ya no brilla como debería:

no se disipa la niebla 

que se instaló más adentro.

La luz se ha encendido fuera, sí:

la noticia, el hallazgo 

-normalmente funestos, además-

aclaran pero no alumbran.

Permanece la sombra,

la tristeza anterior 

que no borra la tristeza nueva. 

El heraldo llegó tarde

y su anuncio 

advertía del pasado.

Retiro

Cierra las ventanas, atranca

las puertas que no entren 

ruido, luz, sombra, silencio 

si vienen envueltos en la muchedumbre.

La voz pequeña, el destello,

el verso fugaz, el suspiro caben 

por esa rendija.


Tú decides ahora 

si prefieres estar dentro o fuera.