Ruptura

Nunca me hizo falta nadie

ni nada para -de alguna manera-

ser feliz. 

Por supuesto he disfrutado

de tu compañía: 

me proporcionaba calma, 

como una caricia el tacto a veces,

un leve mareo si pasaba tiempo,

un peculiar sabor de boca tras tu roce…

Y, sin embargo, 

también la esclavitud, 

la angustia por la falta 

de ti, de tu mera presencia 

a mi lado. 

Y el daño invisible 

carcomiendo lentamente 

lo más hondo del pecho. 


Es momento de decir adiós:

ayer fumé mi último cigarro.

Tantas veces

Tantas veces decimos se acabó 

como veces volvemos a empezar.

Tantas veces decimos allá voy

como veces cerramos los ojos

y soñamos 

que el tiempo no pasa, 

que nada nos afecta y que a nadie 

importunamos con nuestra inacción.

Tantas veces nos mentimos 

que hemos olvidado 

que, de cuando en cuando

-no a menudo y aunque no nos guste-,

hay una realidad 

a la que no podemos engañar.  

Colombia

Hay demasiados nombres 

de lugares que no son lugares;

de personas que se convirtieron 

en partes de nuestro cuerpo,

como un órgano más, una vena,

un tendón, una neurona varada

al final de una sinapsis. 

Hay nombres que no definen 

lo que nombran, que significan algo

que sólo yo sé: como aquel día

-tan lejano y ayer-,

que inventamos los colores.


Hoy, aquí, libro, cigarro…

Colombia no es un país 

y el café no amarga más 

por tomarlo sin azúcar.

Una vez (coplilla)

Una vez soñé 

que escribía un poema:

de amor y el amor era 

pura poesía. 


Una vez soñé 

la poesía y una vez 

soñé el amor. 


Y soñé que no soñaba. 

Una vez, sólo una vez…

Y también me desperté.

El hombre invisible

No hizo falta ninguna poción.

Ni un experimento.

En cada tic-tac, poco a poco,

se fue haciendo invisible:

desvaneciéndose como un suspiro, 

una gota de agua al retirarse el mar…

Perdió también la voz.

Ni él mismo se veía ni se hablaba.

Dejó de existir. Sin más. 

Como dejan de vivir 

los sueños cuando llega el día. 

Excusatio

Seguro que incluye un verbo

que ya sé, 

un sustantivo y quizás

uno o dos nombres propios.

Algo parecido a una disculpa,

un balbuceo apenas 

y no sé qué del tiempo perdido

o del cansancio. 

Es igual, no me lo digas.

De todas formas, no voy a creerte. 

Godot

Hoy es imposible.

Mañana está ocupado: tiene

una reunión.

Pasado, aún no sabemos

cómo tiene la agenda.

¿Fin de semana? Imposible:

nunca hace planes 

con tanta antelación.

El resto del mes, figúrese

¿quién sabe? 

Y de todas formas

-para ser sincero-, 

¿qué espera realmente?,

¿seguro que él tiene

eso impronunciable 

que está usted esperando?

No lo sabe; ya me parecía.

Pero no se apure: usted siga,

siga esperando, siga…