Amanece

Casi se puede oír el roce del sol
al desperezarse entre aquellas montañas.
Su lento despertar precede siempre
a los primeros trinos
y acompaña los pasos cruzados
de las criaturas del día y de la noche.
El vigía de los sueños permanece atento,
agazapado y quieto como un perro de caza,
alerta a la llegada de alguna pesadilla
que turbe tu dormir
para darle muerte y traerla en la boca
y posarla a tus pies y convertirla
en el sueño feliz que te acompañe
hasta el casi milagroso despertar
de un sábado de soles de invierno
en el que no hay tormentas,
se alejaron las nubes y el viento lastimoso
de ayer, antiguo como años de huracanes,
sea hoy sólo la paz 

de un nuevo amanecer, contigo.

©Santiago Pérez Merlo

2 comentarios:

  1. Muyyyyyy bonito.Me encanta, Santiago. Gran poeta, cada vez mas grande!!! Aplausos, aplausos, aplausos...

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  2. Un canto a la alegría.. .Fantastico..!

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