Pez

Como un pez al que cambian de acuario
reconozco el entorno: es agua y fondo
de alga artificial.
Pero hay otros peces,
me observan escondidos
porque también a ellos les asusta
la llegada del intruso,
de este pez grisáceo y anodino
que apareció de pronto en su mundo de colores.
Y aquí hay ruidos nuevos y la mano
que me da de comer
es y ya no es la misma.
Me desplazo cauteloso
por sitios similares
(un cofre abierto, un buzo,
una especie de barco naufragado)
a los que ayer veía.
Por suerte -sí, quizá
por suerte-,
mi memoria es muy frágil y no creo
que mañana recuerde
dónde nadaba antes 

de este agua limpia que me acoge.

©Santiago Pérez Merlo

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho!!! Muy ingenioso, muy original, mucha poesia...Aplausos, aplausos...

    ResponderEliminar
  2. Nadar en el agua limpia del amor recuperado..!!

    ResponderEliminar