Tenemos la opción
de entrar de la mano,
provistos de besos,
de comer bayas silvestres
y encontrar un rincón
de hierba mullida
en la que tumbarse
a ver las estrellas.
Sin ninguna prisa por salir.
Y tenemos la opción
de entrar solos,
o por separado,
correr de un lado a otro
buscando la salida...
Como si la hubiera
en este laberinto
que preferimos llamar “vivir”.
en este laberinto
que preferimos llamar “vivir”.
Preciosa esta continuidad sobre el Laberinto que es la vida. Una bonita forma de escribir sobre las posibles diferentes maneras de movernos por ese laberinto. Un muy bello poema de amor!!! Eres grande, poeta!!! 👏 👏 👏 🌼🌼🌼
ResponderEliminarGracias de nuevo e insisto (no sé cuántas veces van ya) en que nada de exageraciones.
Eliminar😘😘😘
Al laberinto siempre entramos solos...aunque sea nuestro laberinto personal...Pero siempre hay una estrella que nos señala la salida..🌹🌹🌹🌹🌹🌹
ResponderEliminarDe día, las estrellas no se ven. Y en la ciudad, entre nubes y contaminación, a veces de noche tampoco... por eso ¿por qué empeñarse en salir? 🌼🌼🌼
EliminarTodos tenemos una estrella que no se pierde nunca.. la llevamos dentro de nos..
ResponderEliminar🌹🌹🌹🌹
La mía debe de ser de mar... no brilla... pero le rompen los brazos y le vuelven a salir 😉🌼🌼🌼
EliminarAún la de mar sirve para salir...aunque sea nadando Sr.Merlo.😉
ResponderEliminar⭐️⭐️⭐️😘😘😘
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