La tormenta

Vengo a la vida como
una tormenta fuerte de verano.
estruendosa y anhelada,
refrescando
el aire y los jardines, los paseos,
alborotando playas,
descargando con furia o alegría
según quien la contemple.


Pero es un instante fugaz,
una nube oscura y pasajera
que apenas dura el parpadeo
de un relámpago lejano.
No queda más que algún pequeño charco
que se va consumiendo.
Poco después,
no queda ni la mancha 
de humedad en el asfalto.

©Santiago Pérez Merlo

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