Lugares comunes

Qué gastado el poema
del dolor insufrible,
de la maldita ausencia,
de la pena inconsolable,
de los limos y el fango.
Qué gastado el poema
que se anegó en el llanto,
de dudas que atenazan,
de angustias que no dejan
respirar
y de cenizas.
Qué gastado el poema
de cruces de caminos,
de umbrales tenebrosos
y de espejos
en los que no nos vemos,
de nubes y de hojas,
de frío insoportable
en las noches de invierno
-siempre invierno-.


Qué gastado el poema.
Y qué cierto.

©Santiago Pérez Merlo

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