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Lo llamaron aldea global
y hay una dueña
que espía tras los visillos.
Y hay vecinos que riñen por las lindes
(o por una coplilla
que nunca cantaron).
Y hay niños que juegan juntos hoy
y mañana discuten de quién es la pelota.
Y hay una señora que va a misa
y un paisano que dice que es ateo
y se santigua.
Y hay un cura seglar y una monja borracha.
Y un pastor sin rebaño
y muchas cabras locas.
Y hay un señor que pinta
allá en el prado
y otro que hace fotos, siempre iguales,
a las nubes.
Y hay un loco que ríe y que bosteza.
La llamaron global 

y sólo era otra aldea.

©Santiago Pérez Merlo

2 comentarios:

  1. ¡¡Qué bonito, Santiago!!original, muy creativo en lo cotidiano..aplausos, aplausos...

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  2. El miedo es no saber quién y cómo lee los poemas...tus poemas en esa aldea global que es el alma

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