El gris ya no son perlas.
Es un plomo que pesa como anilla
en la pata del halcón
que quieres proteger.
No se puede vivir
para siempre en el azul
porque no es cierto.
Y siempre es preferible la verdad: incluso
cuando pesa.
Ahora, por ejemplo, el sol está cayendo
y el cielo es amarillo.
Como de mantequilla.
©Santiago Pérez Merlo
Muy bueno, Santiago.Que bonitas figuras poéticas con los colores del cielo!!! Aplausos
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