La pared es azul
y en la noche profunda,
cuando todo es silencio,
puedes oír el mar si estás atento
-estamos en Madrid-
y hasta puedes bañarte…
si lo sueñas.
Encima de la cama dos lesbianas
–o
eso dicen-,
amigas de Lautrec,
acompañan el sueño y también
puedes oírlas
en su dormir tranquilo.
En la mesilla y en el chifonier
los poetas descansan de día
y por la noche salen,
me recitan sus versos
(Qué
quieres que haga yo?, Que mate a alguien?;
mañana
no será lo que dios quiera;
querer
sobrevivir
ha
de ser la costumbre;
me
pregunto cuánta gente en esta ciudad…).
Esos versos que, sin saber por qué,
asoman a mi boca al levantarme,
mientras me quito de la piel
restos de sal,
las amigas me dan sus buenos días
y aspiro
–estamos en Madrid-
este aire de mar.
Magnífico,Santiago.Cada dia escribes mejor...Tienes que luchar por publicar un libro de poemas. Seguro q lo consigues porque eres realmente bueno
ResponderEliminarPongamos que hablo de Madrid...Maravilloso Poeta...!
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