A un día de tormenta
le sigue uno de sol,
aunque unas cuantas nubes
vigilan el océano
y miran la ciudad
esperando una corriente
de aire que las traiga y dejen
aún no saben bien
su lluvia si como risa alegre
o como llanto.
De momento, están ahí paradas
y son algodonosas y felices
de ver el mar en calma
y dejarse mirar
por algún torpe retratista como yo
que aún no sabe
que no se puede dibujar
lo efímero.
©Santiago Pérez Merlo
Lo efímero se dibuja,cómo Vd.lo hace Sr.Merlo...con la palabra...Gracias por un efímero tan perdurable...🌷
ResponderEliminarMuchas gracias, Amelia... también la palabra es efímera... pero con tal de que aguante un ratito en tu corazón, yo, contento 😊😊😊
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