como el cielo está gris, así mi alma.
O esa otra de la luna, alta en su plenilunio,
no basta para iluminarme.
Más aún, la tormenta que veo aproximarse
descargará su furia directamente sobre mí.
Lo peor: el sol que lucha
por alumbrar mi camino luce sólo
para mí en este día.
Los fenómenos meteorológicos
no alcanzan este agujero.
©Santiago Pérez Merlo
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