Náufrago

A medida que me alejo de la orilla olvido
todo lo que aprendí
en esa tierra extraña.
He olvidado los bailes, las costumbres
sociales y el color
de las cosas que antaño me importaron.
He olvidado incluso las palabras,
el idioma, los contextos, las frases
y me cuesta distinguir entre las voces
que hace tanto que no escucho.
Voy olvidándome de hablar también
porque me acostumbré al silencio.
Ya ni siquiera hablo solo:
me conformo con oírme pensar
por encima de los gritos
de las aves y del rumor del océano.
Supongo que tendré que aprender
otra vez
cuando llegue a algún lugar…
Pero tal vez atraque de nuevo en una isla
donde no viva nadie, donde no necesite
nada de lo aprendido y no sea necesario
aprender nada.
Una isla
en la que morir solo.

©Santiago Pérez Merlo

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