Insomne

Cierro los ojos e intento dirigirlos
hacia ese punto negro que imagino
para llamar al sueño
tal como me explicaron que era el modo correcto
de vencer al insomnio.
No basta con la oscuridad
de fuera. Hay que intentar
llevar también la mente hacia lo oscuro.
Pero no a los rincones marengos
que a menudo salpican la vigilia
ni a las lóbregas cuevas que socavan
la conciencia adormecida; no:
ha de ser un negro puro,
ni siquiera la nada
(porque la nada es blanca).
Sólo negro.
 ...

Es inútil. Siempre hay
una luz. Más o menos
brillante. Apenas una vela
oscilante algunas veces
o un potente faro
que barre las esquinas de la almohada
donde tú, barco zarandeado  
perdido a la deriva,
no sirves ni para sucumbir
hundido.

©Santiago Pérez Merlo

1 comentario:

  1. Muy bonito, pero algo amargo...transmite inquietud y mucha realidad sobre el insomnio!!!

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