Recaída

Cualquier ex fumador lo sabe:
un solo cigarrillo, una calada
traviesa en una fiesta
y lo más probable es que se venga abajo
el esfuerzo de meses,
de años incluso.
Lo mismo le sucede –eso dicen-
al ex alcohólico que prueba
una copa de vino, una cerveza
supuestamente inofensiva en un momento
de osadía o de miedo, poco importa.

Y sin embargo yo
-que algo sé de sustancias-,
me empeño en volver a verte,
en tomar ese inocuo café, en aspirar
como si fuera cocaína tu perfume
y en releer tus mensajes
como quien prende
un cigarro tras otro,
con el ansia recobrada
del deseo reprimido.
Me bebo tus miradas y me inyecto
recuerdos y viajo
a un futuro de nubes de colores
y campos de amapolas.

Y te veo alejarte una vez más
y entrecierro los ojos
aún bajo tus efectos y me miento…
Yo controlo.

©Santiago Pérez Merlo

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