Como Heráclito llevado al paroxismo
ordenas "Mójate,
báñate hoy de mí
porque desapareceré,
no seré ya la misma de ahora mismo;
mis besos de mañana
no serán los de hoy,
porque en los mismos ríos
entramos
y no entramos
pues
somos
y no somos los mismos".
Y te miro y comprendo
-cuánto miedo también-:
el riachuelo que fluye
entre tus piernas y la sangre
que a mí se me amontona
son de hoy, de ahora mismo...
Es ahora o nunca el incendio.
Pero se me ha hecho tarde
para filosofías.
Bravo, bravo...cada vez más poetico, mas madura tu poesía,mas conmovedora!!!!
ResponderEliminarMagnífico Santiago. Es precioso. Muy bien construído y con un fluir de sentimiento enorme. Abrazo.
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