Si las miras despacio,
si las cronometras,
conservan la cadencia
de las olas en calma
de la playa cerrada,
de la respiración
de una niña que duerme,
van y vienen constantes,
infinita rutina.
Pero braman en cambio
como una tempestad
en el Atlántico:
se agitan, se revuelven y te tragan
y te escupen de nuevo
al sosiego aparente.
Pasiones,
dicen que se llaman.
©Santiago Pérez Merlo
Qué bonito!!!Cuanta belleza!!! Ya lo decia el poeta «la mer, la mer, touyours recomnecé»..
ResponderEliminarYo..
ResponderEliminarYo...
Yo..
Me lo voy a llevar , ya si eso ,comento. Un abrazo Santiago.
Todo lo relacionado con el mar me conmueve y este poema lo ha logrado de lleno. Muy bueno!!!
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