Solo

Porque la incoercible desesperanza manda, 
cuando la soledad no admite ilusiones futuras.”
                                                          (Ida Vitale)


No es cierto. Os equivocáis.
No vine aquí para estar solo:
solo ya estaba antes, lo mismo que lo estoy 
ahora. 
Porque solo -tal como yo entiendo
la palabra soledad-
estoy también cuando estoy con vosotros
(por más que aprecie vuestra compañía).
Solo me levanto y solo me acuesto 
aunque esté en el camarote 
de los Hermanos Marx. 
Solo cocino y desayuno, como
y ceno e incluso meriendo algunos días.
Solo en los cafés y en los museos,
en el metro, en el coche, paseando.
Pero, ¿sabéis una cosa?
También la soledad puede ser
una agradable compañía…

(O quizá lo diga sólo para que ella 
no me abandone también.)

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