Reflejo

Sigue ahí, con tu sonrisa boba, 
fingiendo que no pasa nada, 
que todo está bien, 
que se puede reír uno de la vida 
y escribir (absurdos) poemas de amor
que nadie comprende: sólo tú tienes
esa extraña y pasada de moda,
irrenunciable forma de querer. 
Arriba los símbolos y las palabras 
que no dicen nada a nadie, 
mucho menos si son la verdad.
Qué sabrá el mundo de lo más 
hondo de una metáfora tuya. 
Huye de la vida sin desear la muerte,
eso nunca, por más que te ronde. 
Corre, vuela, sueña, sé libre o eso
que tú llamas libertad. 

Pero no olvides que yo sigo aquí, 
en este otro lado del espejo. 

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