Una historia de fantasmas

Cuando das de comer a tus fantasmas
y les quitas el hambre,
son los míos los que engordan.
Cuando ellos beben de tu agua pura
y les calmas la sed, 
los míos chapotean en los lodazales.

Cuando tus fantasmas viven
su condena infinita de alma errante
sin cuerpo y sin materia
y tú les das la vida, 
soy yo quien muere un poco.

3 comentarios:

  1. Tiene razón el poeta..! Por eso la solución para librarse de los "fantasmas del pasado o del presente"es condenarlo al cuarto oscuro...Bello poéma 🌷

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