basta con mirar sólo el propio ombligo.
Para no verse a uno mismo basta
evitar los espejos y las introspecciones,
que no suelen llevar a ningún lado.
Si a pesar de todo, usted,
quiere mirar el mundo y quiere ver al otro
y verse a sí incluso,
sepa que puede verse
solamente con los ojos
o con el corazón –el paso por el cerebro
no es científicamente negociable-.
Pero asegúrese de que ese corazón
está bien graduado: el daño
de una visión borrosa o muy oscura
podría llegar a ser irreparable.
Para lo que usted ve en sueños,
no hay remedio posible; como mucho
tratar de no soñar… o aplicar cuando despierte
el remedio ya citado en los versos tres y cuatro.
¿Sabe qué? Lo mejor para no ver es que no mire.
Deje incluso de leer: está perdiendo el tiempo.
©Santiago Pérez Merlo
No hay comentarios:
Publicar un comentario