Arriba

Lo conseguí, he llegado
al nirvana absoluto en el que todo
lo que leo, lo que escucho
me parece prescindible,
si soy benevolente,
o despreciable cuando soy sincero.
Sólo mis propios versos me consuelan
y se me quedan cortos
los elogios, las glosas, los laureles...
He llegado a la cumbre que anhelan
cualesquiera que deseen merecer
el nombre de poetas.
En la más alta cumbre, en la cima
en la que he situado el espejo
hace frío, no obstante,

y tengo que gritar al populacho
que acerquen sus hogueras.

©Santiago Pérez Merlo

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