Hace un día precioso con el cielo tan gris,
la lluvia intermitente pero espesa
y esa ventisca horrible
que de tanto en cuanto se desata.
Es perfecto el otoño para resbalar
con las hojas caídas y partirse
algún hueso que te postre por días
en alguna bucólica camilla.
Es un día precioso en el que sin lugar a dudas
se multiplicarán los embotellamientos
y habrá más accidentes que otros días.
Con un poco de suerte,
quizás incluso se produzca
un horrible naufragio
con un montón de muertos.
En días como hoy,
algún hijo de puta usará como excusa
o como atenuante
los cambios de presión o las rachas de viento
para intentar acabar
con la vida de alguien
y tal vez un suicida arrepentido
no logre desatar
la humedecida soga a tiempo.
Es un día precioso de un otoño perfecto
para ser un poeta
triste
de los que adoran las desgracias
ajenas
en sus versos.
©Santiago Pérez Merlo
Es un texto magnífico. Eso es lo que es.
ResponderEliminarUn inmenso abrazo y nuuunca dejes de escribir.
Enhorabuena, Santiago