Tráfico

Foto de akerialeon. Instagram
Aprovechaba el atasco
y la suave luz
del amanecer
para retocarse el maquillaje.
Desde mi ventanilla,
la veía afanarse 
con precisión de cirujano
como si quisiera pintarse 
las pestañas una a una.
No pude evitar pensar, 
siendo tan guapa,
para qué o para quién 
se esmeraría tanto...
O si sólo sería
otra maniática perfeccionista.
En un momento me miró
y yo,
aficionado a los gestos estúpidos,
levanté mi pulgar para indicarle
que ya estaba preciosa y perfecta.
Soltó una carcajada 
que casi pude oír 
y bajó su ventanilla.
De un coche a otro
me dictó 
un número de teléfono.
Nunca la llamé.
Tuve miedo de que fuera auténtico.


©Santiago Pérez Merlo

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