Esta ciudad que no es mi ciudad
y este mar que no es mi río...
O tal vez sí lo sean
porque esta soledad acompañada
no es la soledad de otras latitudes.
Mejor: es y no es porque es la misma
que siento cada tarde pero a un tiempo
siento la compañía que me trae
el rumor de las olas
en que escucho tu voz,
mujer de mar que naciste en un río.
Pero ¿qué río y qué mar
serán los que han de ver
morir las soledades...?
©Santiago Pérez Merlo
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