O ser de aire y ser
el aire que respiras
sólo.
No tocarte, envolverte.
No olerte,
dejarme respirar
cuando te falte el aire
y flotar entretanto
invisible, a la espera.
No asirte pero ser
asidero necesario.
No ser
nada.
Y ser todo.
O estar muerto.
©Santiago Pérez Merlo
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