Inconcebible

No concibo el poema sin poesía.
No concibo la poesía sin vida.
No concibo la vida sin un cierto grado
de temor de muerte;
ni concibo la muerte sin espera.
No concibo la espera sin un regusto
de desesperanza.
No concibo la desesperanza 
sin una dosis de anhelado amor.
No concibo el amor sin el deseo.
No concibo el anhelo, ni el amor,
ni el deseo, ni la espera...  
Mucho menos, la poesía ni la vida
sin ti.
Hasta el día de la muerte.

©Santiago Pérez Merlo

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