La huerta

Cómo podría vivir en verano
lo que dejó morir la primavera.
Se agostarán del todo 
las flores ya marchitas. 
Y la hierba.
No acogerán los surcos
que tratemos de abrir
semilla alguna: 
resecada tierra al sol inclemente,
ceniza sin sustrato. 
No nacerá en otoño 
siquiera una esperanza. 
Y volverá el invierno. 

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