Siempre vuelvo a mis viejos
y tópicos lugares:
el pozo, el espejo, la caverna...
Unas veces me hundo,
me miro y no me veo,
me refugio en la oscuridad.
En otras ocasiones,
sólo me acerco al brocal
y saco agua fresca;
me miro, me veo, me reconozco en mí;
salgo de la cueva
y disfruto de un rayo de sol...
Sin ánimo de dar lecciones,
creo que se llama vida.
Muy bonito, Santiago. Un gran poema 👏👏👏🌼🌼🌼
ResponderEliminarMuchas gracias, Gimm.
EliminarSiempre que se sale del pozo está la vida que nos espera para darnos un abrazo.Precioso poema Sr.Merlo.🌹
ResponderEliminarPreciosa, una vez más, su mirada, Sra Diez.
Eliminar😘🌼