Sesión continua

No me importa empezar las historias por en medio.
Podemos comenzar, si te parece,
por aburrirnos juntos
las tardes de domingo en el sofá,
hojeando viejos libros de poemas
que no nos interesen
o viendo alguna peli de los años cuarenta
y quedarnos dormidos.
O podemos, si quieres,
acercarnos a un supermercado
y comprar chocolate y otras cosas dañinas
y arrepentirnos luego y salir de paseo
como hacen las parejas en los pueblos.
Incluso, cuando pasen los años,
podemos separarnos o jurarnos
un amor infinito en largos besos
sobre inventados títulos de crédito
y volver a empezar por el principio:
chico conoce chica y esas cosas,
se alejan por un tiempo,
se vuelven a encontrar…


Yo crecí en las sesiones continuas
de los cines de barrio.

©Santiago Pérez Merlo

Escena final de "El apartamento".

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