Una tarde cualquiera
de los últimos días de verano,
cuando una lluvia alegre, despreocupada y firme
arrastra tras de sí
el calor que se hacía irrespirable,
te sumerges en ella con la pasión perdida
del deseo que habías olvidado
y bailas y te empapas y disfrutas
del tiempo nuevo que se anuncia
en el recién inaugurado anochecer
cuando retumba el trueno,
serpentean los rayos
que iluminan la oscura placidez
y estalla inexorable la tormenta.
Corres a refugiarte y te preguntas
dónde, quizás también por qué,
hemos dejado ir otro verano.
©Santiago Pérez Merlo
Muy bonito,Santiago. Describe imágenes muy bellas, el verano, la lluvia, la tormenta...y el amor?? Aplausos, aplausos..
ResponderEliminarPrecioso poema. Gran abrazo y feliz verano. Santiago. Mis mejores deseos.
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