Fe

Adoráis a dioses de madera,
vírgenes de porcelana;
adoráis a falsos profetas 
que dicen desdeñar el oro y la gloria
mientras suplican por ellos.
Y llevan siglos igual. 

Yo adoraba al mar, a la luna, al sol, 
a Betelgeuse;
adoro a mi hija 
y a los que casi lo fueron;
adoro, sobre todas las cosas
(bendita tú eres entre todas las mujeres),
a una mujer de carne y hueso 
y corazón. 

Mi fe debe de ser la equivocada. 

2 comentarios:

  1. Adoramos,los que lo hacemos,a un Dios tan hombre como vos.Él nos enseñó con su amor,a amar a los otros,como a nosotros mismos.Y ahí caben todos los amores humanos y los amplifican...

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