El (merecido) destierro

¡Ah!, musa de los poetas, 

¿por qué me has abandonado? 


-Ni una interjección más.


¡Oh!, ¿por qué me hablas así,

lacerando -¡ay!- 

mi maltrecha escritura?


-Se acabó. ¿Te has creído 

que eres Bécquer 

o Fray Luis de León? 

Mete en una maleta 

tus interjecciones

y arde en el infierno

aburrido y sin ritmo de la prosa…


O, mejor, cállate para siempre. 

2 comentarios:

  1. Nadie puede hacer callar a un poeta...ni él mismo.Al menos,eso deseo.Precioso poema Sr.Merlo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Una boutade…poco más, pero muchas gracias, Sra. Diez.

      Eliminar