¡Ah!, musa de los poetas,
¿por qué me has abandonado?
-Ni una interjección más.
¡Oh!, ¿por qué me hablas así,
lacerando -¡ay!-
mi maltrecha escritura?
-Se acabó. ¿Te has creído
que eres Bécquer
o Fray Luis de León?
Mete en una maleta
tus interjecciones
y arde en el infierno
aburrido y sin ritmo de la prosa…
O, mejor, cállate para siempre.
Nadie puede hacer callar a un poeta...ni él mismo.Al menos,eso deseo.Precioso poema Sr.Merlo.
ResponderEliminarUna boutade…poco más, pero muchas gracias, Sra. Diez.
Eliminar