Canto a lo que me rodea,
a lo que toco.
No le canto a las aves
porque ya ellas cantan.
Y vuelan.
No le canto a las olas
mar adentro:
canto a las que acarician nuestros pies.
Canto al árbol y al bosque
cuando paseo por él,
no cuando me lo invento.
Canto -menos de lo que debería-
a la miseria de los hombres:
no a la miseria humana.
Canto al amor que tengo,
que deposito en ti,
el amor que me acompaña:
no conozco más amor.
Canto en silencio
lo que tendría que gritar
y canto a viva voz
lo que habría de callarme.
El canto del poeta,es siempre un canto que se oye...aún cuando lo haga en silencio..Precioso poema,Sr.Merlo
ResponderEliminarMuchas gracias. Usted que sabe oír igual que sabe ver, Sra Diez 😍🌹
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