El hombre amargado
porque no era famoso
(la fama es lo importante)
entraba en la tienda,
colgaba su traje
y salía a la calle sin rostro.
El hombre amargado
porque era famoso
(las fans le perseguían)
entraba en la tienda,
colgaba su traje
y salía a la calle sin cara.
El hombre poderoso,
el pobre hombre,
el filósofo, el juez,
el mago, el payaso, el profesor,
el juerguista y el lobo estepario...
Uno por uno, entraban en la tienda
y salían sin ser nadie,
o sin saber quiénes eran.
Y eran grises y feos igual que con sus ropas,
pero ahora además eran todos iguales.
Lo mismo las mujeres.
A lo lejos, sólo un hombre es de colores.
Y va de la mano
de una mujer que brilla.
¿Qué les ha hecho así?
No lo dicen. Se guardan
el secreto.
Quiero creer que brillan porque se aman...!!🌷🌷🌷🌷🌷🌷🌷🌷🌷
ResponderEliminarOjalá conociera el secreto...
ResponderEliminar🌼🌼🌼🌼🌼🌼🌼
Qué bello poema!!!Qué bonito contraste entre la primera parte, un tanto triste y la última parte llena de esperanza y de luz...Felicidades, poeta 👏👏👏🌼🌼🌼
ResponderEliminarMuchas gracias, Gimm 😊
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