Perdido

Por supuesto que sé
cuál es el destino de la nave
que con tanta impericia piloto.
Por supuesto que sé
que ese faro 
quiere ponerme a salvo
de rocas y mareas.

¿Pero qué ocurre si yo quiero
mirarlo fijamente,
que me ciegue su luz si es preciso?
Y que sea el oleaje, 
sin sextantes ni timones, 
quien decida mi final. 

2 comentarios:

  1. Casi siempre el final,lo decide el oleaje...y así es mejor..dejar al imprevisto que actue..Un precioso poema Sr.Merlo

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    1. No se si “‘mejor”... pero a veces sí parece inevitable... Muchas gracias, Sra. Diez.

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