Cita a ciegas

Pensé muy seriamente en no acudir
a la primera cita.
Me importaba muy poco
quedar como un cretino
pese a haber insistido
en que debíamos vernos.

A fin de cuentas,
yo no tenía nada que ganar:
eras tú quien esperaba conocer
a ese hombre que yo me había inventado.

Pero acudí. Y tú también
viniste aunque tampoco eras
la que yo esperaba.

Acudimos los dos por lo tanto
al encuentro de un desconocido
que se había inventado a otro desconocido:
dos fantasmas creados
para gustar a dos seres reales
que no se conocían.

Tu y yo podemos pasear tangibles
cogidos de la mano
con cierta indiferencia; mirando
de soslayo nuestros cuerpos extraños.

No importa.
Mientras ellos se amen.

©Santiago Pérez Merlo
Los amantes 2, René Magritte

1 comentario:

  1. Precioso, Santiago. Purap poesis, puro sentimiento!!! Aplausos, aplausos

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