En vida

No se oye nada aquí.
Y está oscuro.
Quizá soy yo quien tiene
ojos y oídos cerrados 
a la luz y al rumor 
del silencio -nunca es absoluto-.
Apenas distingo 
olores o aromas conocidos 
y no siento saliva 
dando vida a mi boca.
Moverse 
no parece una opción.
Se diría que estoy muerto.
Pero eso es imposible.
Muerto no sentiría 
ninguna de esas cosas.
Muerto no sentiría tu ausencia. 

©Santiago Pérez Merlo

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