Silencio

El mundo no sabe lo que yo siento.
(¿Qué le importa al mundo
lo que yo sienta?).

Se inventó el lenguaje 
para que falsos profetas
-y poetas presuntos, charlatanes-
le contaran al mundo 
qué le importa y a quién. 
Era mejor el silencio…
los gruñidos, los gestos, las caricias. 
Yo guardo mi palabra 
para que alguien la pida. 
Y si no se rompiera lo ya dicho,
olvidaré de una vez por todas
hasta mi propia voz. 
Y tal vez muera.
O vuelva a nacer.

2 comentarios:

  1. Siempre volver a nacer es menos doloroso y sabio.Y la vida empuja.
    Un bello poema Sr.Merlo.

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  2. No sé yo si es menos doloroso… pero es un comienzo. Bella su mirada siempre, Sra Diez.

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