Estatuas

Qué triste ha de verse el mundo
desde el pedestal. 
Qué fríos los aplausos 
de los transeúntes 
al pedazo de piedra que no siente. 
Mirar todo desde arriba 
con los ojos gélidos del mármol 
pronunciando discursos vacíos: 
“soy la posteridad”. 
Creerse merecedor 
de esta pantomima.
Cuánto mejor 
derretirse, desleírse 
como barro sin cocer 
y que alguien a quien no conoces 
se lleve de ti 
un trocito pegado
en la suela del zapato. 

2 comentarios:

  1. Seguramente la estatua,reciba el calor de quien lo admiró y no oiga las injurias.Deseo..
    Un poema muy sensible y precioso...🌹🌹🌹🌹🌹🌹

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    1. Dudo de que las estatuas, encima de sus pedestales, sepan que son insignificantes...
      Y muchas gracias, Sra Diez 🤗🌼

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