Hay una
(más de una, en realidad)
diferencia importante entre nosotros:
Yo jamás 
cambié de parecer
respecto de quién eras,
de quién eres, de quién somos, 
de quiénes son los otros. 
Pero hay más:
A ti no te sacaron de mis celos,
a mí no me sacaron 
de esa falsa libertad que crees tener
en tus vuelos de un barrote a otro
de tus propios pensamientos;
tú nunca vaciaste 
del todo la maleta;
yo no olvidé 
nada de lo vivido en otras vidas,
pero lo fui dejando
como simples guijarros de un sendero
que no he de volver a transitar...
Tal vez los dos 
siempre nos confundimos.
Aunque lo pareciera en ocasiones,
nunca fue nuestra intención 
hacernos daño. 
Y ambos nos lo hicimos
al mismo delicado tiempo
-eterna paradoja- 
en que uno curaba al otro las heridas.
Los dos nos acusamos
de tener mucho miedo...
y, seguramente, ambos tuvimos razón.
A veces nos mentimos: 
Pero porque en ti,
tu mentira es la verdad. 
Y mi verdad es mi mentira.
(Ojalá no lo fuera).
Hay más, ya ves,
de una diferencia entre nosotros.
Y, precisamente, tal vez eso sea
todo (... “y sólo y siempre”)
lo que nos haga ser imprescindibles.
No el uno para el otro:
el otro para el uno. 
Imprescindible conocimiento y reconocimiento...Y mucho amor en la forma y en el fondo...muchisimo amor
ResponderEliminarPrecioso poema,Sr Merlo.🌹🌹🌹🌹
Muchas gracias, Sra Diez... ¿qué seríamos sin amor? 😊🌼
EliminarMagnífico poema, Santiago. Encierra toda la trayectoria de una historia de amor, con sus luces y sus sombras... Muy bueno!! 👏 👏 👏 💕💕
ResponderEliminar😊😊🤗🤗🌼🌼
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