Triángulo


Corre, date prisa, no te pares:
tu amor te está esperando
en la siguiente vuelta del camino. 
Apresúrate, no dejes 
que se pierda de nuevo 
en la niebla o en la confusión.
Si sabes que le amas, que os amáis,
¿a qué demorar la entrega?
¿para qué negar lo que es tan evidente? 

Y no sufras por mí: 
ambos sabemos que siempre fui un intruso,
un remiendo de cuerpo que nunca cosió el alma.
Yo no entiendo de almas ni de planos paralelos. 
Sólo soy carne mortal, corteza sin savia.
Soy el árbol que no tiene frase.
Mi papel en esta obra es ver cómo te alejas.

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